¿Recuerdas a tus abuelos?. Los juegos infantiles, las historias que contaban, las aventuras y los cientos de anécdotas que viviste con ellos, además del cariño incondicional, la atención y el tiempo que te brindaban a manos llenas. Y lo más importante: la seguridad de que alguien te amaba y ansiaba verte para vivir un día más de apapachos y juegos. Ésa es la memoria emocional que aspira a despertar el libro que tienes en tus manos. Erika Franco Antuñano, autora autodidacta, descubrió su gran talento con la pluma y hurgó en sus recuerdos, donde encontró muchas historias que contar y compartir. Sumérgete en sus páginas y revive esa época, acaso la más hermosa de tu vida. Quizá todavía tengas presente esa mano, aún fuerte, con sus bellas arrugas, que tomó las tuyas un millón de veces, y con ese solo hecho bastaba para reconfortante. Te invitamos a asomarte a esta obra, cuyas historias están acompañadas por una hermosa colección de ilustraciones de Tebin, Esteban Saldaña.

La mañana del 6 de diciembre de 1993, Rita Macedo visitó a su hijo Luis de Llano en su oficina, le dijo que estaba ahí