Durante el SIGLO XXI hemos atestiguado un crecimiento exponencial de la corrupción a nivel mundial y en México, particularmente. Aunque es más preciso señalar que lo que se ha experimentado durante los últimos 20 años es un aumento considerable en la percepción de la corrupción. Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) ha permitido que la opinión pública siga más de cerca el accionar de los gobernantes, servidores públicos, políticos y otros actores involucrados en los ámbitos económico y empresarial, en gran parte gracias al trabajo periodístico, la desclasificación de documentos y la filtración de información. México ha sido afectado a nivel estructural por la corrupción, lo que se ha manifestado en el pobre rendimiento del país en los diferentes índices y reportes internacionales, así como en los escándalos de políticos y funcionarios de todos los órdenes de gobierno. Pero también ha habido un auge en el estudio, análisis y focalización en el combate a la corrupción. El presente texto crea una hoja de ruta para el estudio de la corrupción integrando su dimensión teórica, retomando algunos de los principales enfoques para su comprensión, con la perspectiva de las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, a la par de la normatividad vigente a nivel internacional y local, para analizar los elementos que son retomados en las políticas anticorrupción. A partir de estos elementos, se busca comprender el fenómeno de la corrupción en México, considerando las estadísticas, cifras y costos que dicha problemática presenta en nuestro país y en comparación con otros Estados, para finalmente examinar el andamiaje normativo e institucional de la anticorrupción en México, principalmente, del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) y los sistemas locales (SLA).
Habría que concebir la totalidad como una forma que mantiene en comunicación diferentes elementos, y esta comunicación, lejos de anular las diferencias, les suministra una
