Tradicionalmente, la epistemología ha sido considerada una rama de la filosofía, cuando los grandes filósofos –de la antigüedad-, han tenido a la ciencia como raíz de sus sistemas de reflexión especulativa: Platón en la matemática; Aristóteles en la biología y la lógica; Descartes y Leibniz en la matemática y Kant en la física. Un caso especial es el de la tríada del empirismo inglés (Locke, Berkelev y Hume), que no reflexionaron sobre una ciencia, sino que sus especulaciones dieron origen a una nueva ciencia que poco a poco se emancipó de la filosofía: la psicología. Esto dio paso a la epistemología de Jean Piaget, la cual demostró que el empirismo no podía dar evidencia empírica a sus especulaciones, dando a su vez una base científica a las llamadas posturas racionalistas.
Se trata, como se plantea en este libro, de una epistemología que siempre ha estado al este del paradigma de la epistemología como rama de la filosofía, a la que se le rinde homenaje a medio siglo de distancia en el primer apartado del libro, mientras que en los apartados dos y tres se exponen propuestas epistemológicas como alternativa a la enseñanza de la epistemología tradicional.
El título del libro y lo que aborda, no se trata de una mera alegoría del pasaje bíblico del Génesis sobre Adán y Eva, en el cual basó su novela John Steinbeek titulada “Al este del Paraíso”, sino de una analogía con todas aquellas propuestas condenadas a vivir “Al este del Paradigma” de la epistemología como rama de la filosofía. Ahora, ambas conviven, respectivamente, como epistemología de ralea filosófica y epistemología de linaje científico. Por ello, la imagen da la cubierta como lo representó en el siglo XX el pintor mexicano Diego Rivera: Adán expulsado del paraíso, al recibir el fuego de Prometeo creó su propio paraíso con los cuatro elementos, destacando en el centro la tierra fértil al desnudo como verdad frente a él. En la parte inferior su representación de las ciencias, que convive con la representación de las ciencias del francés Charles Cochin en el siglo XVIII, quién presenta la verdad al desnudo, con un velo que intenta abatir la razón, mientras la metafísica, con una mano en el corazón de la teología, con la otra mano intenta arrancarle el velo a la verdad.